viernes, 23 de mayo de 2008

Conociendo a Dios

Este comentario deriva de las notas que tomé el 08 de junio de 2007 de una enseñanza del Apostol Luis López (Ministerios Unidos por Fe Internacional)

1. Conocimiento de Dios.

Dios es invisible. Es un Dios que se oculta (Isaías 45:15). Por lo tanto, la única forma como podemos conocerle es cuando Él se revela a Sí mismo de alguna manera a nosotros. Consecuentemente, nuestra relación con Él depende completamente de la revelación. Cuanto más nos muestra a cerca de quién o qué es Él, tanto más podemos conocerlo y apreciarlo. Sin tal entendimiento espiritual sólo podemos especular a cerca de cómo pueda ser Él y formarnos un tipo de imagen mental de Su persona. Para tener verdadera intimidad con Dios y para caminar en Su presencia se requiere revelación.
Si deseamos “caminar con Dios” sobre la tierra, en realidad Dios camina EN nosotros por que habita EN nosotros, es necesario tener esta revelación espiritual. Moisés antes de comenzar a construir el Tabernáculo, la “morada” de Dios, pasó cuarenta días y cuarenta noches en Su presencia. Allí recibió mucha revelación a cerca de quién es Dios y qué es lo que desea.

¿Cómo podemos conocer a Dios?
Por el oír... por el leer la Palabra de Dios, ya dijimos que dependemos de Su revelación para conocerle y sólo contamos, objetivamente, concretamente, con las Escrituras Bíblicas y, ¡claro!, con el Espíritu Santo para conocer la Verdad

¿Que es la verdad?
Juan 8:32
Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

• Jesús afirmó que a través del conocimiento de la Verdad podríamos ser libres.

Juan 1:17
La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.

• La verdad y gracia (dádiva de Dios) nos llegan por medio del Cristo, NO por medio de la Ley (La Toráh) ni por medio de ritos o tradiciones…

Juan 8:34-36
Jesús les respondió: —De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado.
El esclavo no permanece en la casa para siempre; el Hijo sí queda para siempre.
Así que, si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres.

• Jesús, el Hijo de Dios, nos hace libres de verdad, en verdad y con verdad (verdaderamente).

¿Cómo logramos esa libertad?
Olvidando el pecado. Como cristianos creemos que Cristo ya ha pagado con su sangre por nuestra salvación, justificación y reconciliación con el Padre; este acto, a manera de ofrenda de holocausto, ha borrado nuestros pecados pasados, presentes y futuros, status que nos permite revestirnos del nuevo hombre, olvidar el pecado en el que vivíamos (dejar al viejo hombre) para vivir ahora sin condenación, libres de juicio, libres para vida eterna…

¿Cómo piensa el hombre?
Los humanos regularmente nos resistimos a creer que ya TODO lo hizo Cristo en la cruz, nos sentimos tentados a pensar que su sacrificio fue incompleto y que ahora “algo” debemos hacer para completar la obra de Cristo, por lo tanto no creemos haber sido perdonados ni santificados (apartados), ni justificados, pero ese NO es el pensamiento de Dios…
Isaías 55:
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice el Señor.
Isaías 55:9
Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos.

Sin embargo, si creemos en El, si creemos que El es quien nos brinda la Verdad (Juan 1:17), entonces Dios nos provee junto con la salvación de la guía de su Espíritu…
Juan 7:38
El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su interior.
Juan 7:39
Esto dijo acerca del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues todavía no había sido dado el Espíritu, porque Jesús aún no había sido glorificado.

¿Qué envió Di-os para conocerlo?
¿Cómo Dios se ha revelado para que conozcamos sus intenciones?, cuando decidió su intervención directa y personal entre los humanos ¿cómo lo hizo?, ¿qué envío Dios a la tierra para darse a conocer y dar a conocer su propósito?

Di-os envió su Palabra (logos - davar, expresión verbalizada del pensamiento) que se encarnó en Jesús (Yeshua ben Yosef)
Juan 1:1
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Johanan 1:1
En el principio era el Devar, y el Devar era con Elojim, y el Devar era Elojim.
Juan 1:4
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Un error común es creer que Dios envió a su Hijo (un humano), pero el texto bíblico es claro: envió a Su Palabra, la Palabra que crea (cfr. Génesis 1).

Juan 1:14 Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Otras versiones dicen que el Verbo se “encarnó”, es decir habitó un cuerpo humano el de Jesús; por supuesto que era un cuerpo “diferente” rediseñado por Dios para revelarse en medio de la humanidad…


¿Qué era lo que verdaderamente estaba en Jesús?
Juan 1:4
En él (en Jesús) estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

La Biblia nos dice que la Vida y la Luz estaban EN Jesús, ese cuerpo era un velo que no permitió a muchos hebreos reconocer al Mesías prometido en Jesús…

Juan 1:10 El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció.
Juan 1:11 Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron.

El Espíritu Santo (el Verbo) que moraba a Jesús es lo que le daba el carácter de Ungido (Cristo-Mesías) pero, sobre todo, de Hijo de Dios.

Juan 1:33 Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Áquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece, es el que bautiza con el Espíritu Santo.'
Juan 1:34 Yo lo he visto y por eso testifico que éste es el Hijo de Dios."

En el principio (Génesis – Bereshit) de la creación, Dios plantó dos árboles: el Árbol de la Vida y el Árbol del conocimiento de Bien y el Mal, ambos árboles producen frutos diferentes, uno produce Vida y otro Muerte, el conocimiento del bien y del mal produjo MUERTE, por que este conocimiento implicó la creación de una ética humana (carnal, natural, imperfecta) centrada en la opinión del hombre que trata de justificarse (y de ocultarse) delante de Dios

Génesis 3:9 Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo:
¿Dónde estás?
Génesis 3:10 El hombre contestó:
Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.
Génesis 3:11 ¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? le preguntó Dios. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer?
Génesis 3:12 Él respondió: La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.
Génesis 3:13 Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer:
¿Qué es lo que has hecho? La serpiente me engañó, y comí contestó ella.

A partir de ese momento, la humanidad perdió la capacidad de comunión con su Creador, perdimos la sensibilidad espiritual de comunicación y por esta transgresión todos (en Adán) pecamos

Romanos 5:12 Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.

Al construir nuestra propia escala de valores acerca de bien y mal, nos ha llevado a perder vista que Dios nos ha dado a escoger entre vida y muerte, no estamos en un escenario de lucha entre el “bien y el mal”, porque el bien y el mal producen muerte, no hay nada bueno que podamos hacer delante de Dios, nuestra buenas obras son como trapos de inmundicia a sus ojos, no hay uno que haga algo bueno… Nos encontramos en un escenario en el que la lucha es entre la vida y la muerte…

Deu 30:15 "Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal.
Deu 30:19 "Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.

¿A qué clase de vida se refería?
A la vida eterna con el Padre, reconciliados con El, justificados ante El…

Juan 17:3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.



Entonces, queda claro que la Vida Eterna consiste en conocer al Padre y al Mesías (el Cristo) que él ha enviado. Jesús el Cristo (Yeshúa HaMashiaj) declaró que el fue enviado que tengamos Vida en abundancia

Juan 10:10b … yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

¿A qué abundancia se refería?
Al conocimiento de Dios. Desde la caída adámica perdimos la capacidad de comunicarnos (tener comunión) con el Eterno, al no haber forma alguna de interlocución tampoco había forma de conocerlo. De hecho, la humanidad no busca conocer a Dios, se aleja de Él, suplanta su presencia con todo tipo de imágenes, símbolos, ritos, etc., pero no le busca… Es Él quien nos busca, nos elige y nos salva… de otra manera estaríamos otorgándonos algún mérito por nuestra salvación ¿no lo crees?

Efesios2:8 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios,
Efesios 2:9 no por obras, para que nadie se jacte.

Tu sabes que el conocimiento, para que sea significativo, debe ocasionar un cambio; por lo tanto el conocimiento de Dios debería transformar nuestras vidas de manera espectacular: debe producir paz y gozo. El conocimiento que no produce cambio es vano.

Por lo tanto debemos cambiar nuestra forma de pensar, dejar atrás al “viejo hombre” a la personalidad que no conoce de Dios, para transformar nuestra mente

Romanos 12:2 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

Entonces, si transformamos nuestra mente, dejamos de pensar como el común de la gente, si no nos amoldamos a las condiciones de la cultura imperante, entonces CONOCEREMOS y , sobre todo, experimentaremos (comprobaremos) la voluntad (el propósito) de Dios para nuestras vidas. Así tendremos objetivos y metas claras…

Los discípulos preguntaban algo así como: ¿y ahora que hacemos para agradar a Dios?

Juan 6:28 --¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras que Dios exige? --le preguntaron.
Juan 6:29 --Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió --les respondió Jesús.
Juan 6:30 --¿Y qué señal harás para que la veamos y te creamos? ¿Qué puedes hacer? --insistieron ellos--.
Juan 6:31 Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como está escrito: 'Les dio a comer pan del cielo.'
Juan 6:32 --Ciertamente les aseguro que no fue Moisés el que les dio a ustedes el pan del cielo --afirmó Jesús--. El que da el verdadero pan del cielo es mi Padre.
Juan 6:33 El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.

Nuevamente, los discípulos piden señales, tal y como nosotros lo hacemos, queremos milagros, sanaciones espectaculares, manifestaciones estruendosas, cuando Dios a través del Cristo declara que la obra de Dios es simple: CREER en Él, creerle a Él, que Dios YA HIZO TODO, ningún otro intermediario (ni siquiera Moisés) El Padre Eterno es el dador (se da así mismo) por pura gracia. Ese conocimiento básico de Él nos obliga a reenfocar nuestra perspectiva de vida, debemos rendir nuestro ego ante Él para servir.

Por cierto, ego, es un acróstico: El Gran Oponente, es curioso por que en hebreo HaSatán (Satanás) significa el oponente. Los traductores y después la tradición cristiana medieval crearon la idea de un ser que se iguala con el Creador y combate contra Él (¡que gran estupidez!!!!!!!), Es nuestra naturaleza ego-ista, ego-céntrica, la que crea una personalidad virtual (Yetzer Hará) constituida por nuestras sensaciones, sentimientos, pensamientos, ideas y voluntad que busca saciarse hasta el hartazgo a costa de lo que sea… Nuestro ego sólo busca recibir y no dar.

Efesios 2:3 En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios.

El Eterno nos da a conocer que parte de Él es misericordia y gracia, por amor incondicional (Ágape-Ahava)

¿A qué estamos llamados a hacer?
A propagar el conocimiento que da vida…

El conocimiento de Dios es más que una experiencia sensorial, no esperes “sentir” de manera emocional, el conocimiento de Dios es ETERNO, es decir es continuo y progresivo, es un proceso…

¿Cómo se obtiene el conocimiento de Dios?
Eph 2:4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros,
Eph 2:5 nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!

La Vida y el conocimiento de Dios se obtienen por FE, es otorgado por gracia del Padre…

La vida cristiana debe estar basada en la relación con Dios y en el conocimiento de Dios, por tanto nuestras actitudes y acciones están basadas en el conocimiento (PROPÓSITO) de Dios.
El propósito de Dios:
• Nos hace completos
• Es una expresión del Cristo
• Nos hace más que vencedores
• Nos da el poder de la Palabra

Gálatas 5:16 Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa.
Gálatas 5:17 Porque ésta desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren.

El Espíritu de Dios nos habita, por fe, para salvación, justificación, reconciliación y adopción, así que adoptamos la ciudadanía del Israel espiritual (¡ojo! No del judaísmo) nuestra identidad está basada NO en un conjunto de tradiciones…

Hebreos 9:1 Ahora bien, el primer pacto tenía sus normas para el culto, y un santuario terrenal.
Hebreos 9:2 En efecto, se habilitó un tabernáculo de tal modo que en su primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados.
Hebreos 9:3 Tras la segunda cortina estaba la parte llamada el Lugar Santísimo,
Hebreos 9:4 el cual tenía el altar de oro para el incienso y el arca del pacto, toda recubierta de oro. Dentro del arca había una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que había retoñado, y las tablas del pacto.
Hebreos 9:5 Encima del arca estaban los querubines de la gloria, que cubrían con su sombra el lugar de la expiación…

Nuestra identidad se basa en pensar, hablar, creer lo mismo que el Cristo para cumplir su propósito único: formarnos a imagen y semejanza suya…